Día 12 - Białowieza
Por la mañana nos levantamos prontito para ir al bosque. Por supuesto llovía, pero nos vino muy bien para no pasar calor.
Al bosque no se puede pasar sin guía, y no había guía inglés disponible (ni mucho menos español) así que nos tocó ir con un guía polaco (no me enteré de nada como podéis imaginar y es una pena) aún así pude disfrutar del bosque plenamente. Ya os dije que es un bosque primario y está lleno de sonidos, olores, verde, agua... no se puede describir y las fotos no muestran ni una milésima. Salí taaaaan relajada.
Me dio mucha pena irme de un pueblo tan bonito. Es pequeño pero muy acogedor y con gente muy agradable. Como llovía tanto pude ver también muchas ranitas diminutas saltando por las calles. Aunque al salir del bosque nos sonrío el sol.
Volvimos a coger un coche compartido, esta vez una chica muy maja que nos contó muchas cosas sobre Polonia y resulta que somos muy parecidos en más cosas de las que creemos.
Los coches compartidos son una forma sencilla de acercarnos a la cultura polaca de manera directa y desde diferentes puntos de vista.
Los coches compartidos son una forma sencilla de acercarnos a la cultura polaca de manera directa y desde diferentes puntos de vista.
Ya en Varsovia, después de coger el metro para volver a casa, y ya algo tarde, sólo teníamos ganas de tirarnos en la cama a descansar.
El metro de Varsovia sólo tiene una línea pero están construyendo la segunda.
El metro de Varsovia sólo tiene una línea pero están construyendo la segunda.
Día 13 - Varsovia
Desde bien temprano cargando las pesadas mochilas a la espalda y con una temperatura rondando los 30 grados (la lluvia se quedó en el bosque), hemos empezado el tour por Varsovia.
Hemos visto un parque que es como el Retiro pero en pequeño, tiene una gran estatua en honor a Chopin, un estanque, un palacio sobre el río, patos, cuadros, pavos reales, monumentos y ardillas muy sociables, vamos una maravilla.
Luego hemos visto el casco antiguo (Stare Miasto en polaco) que para los que no lo sepan, no es 100% real. En la guerra lo destruyeron prácticamente entero y los polacos lo reconstruyeron después fielmente en base a fotos y pinturas.
Hacía mucho calor y las mochilas pesaban mucho pero ha merecido la pena.
Hacía mucho calor y las mochilas pesaban mucho pero ha merecido la pena.
El final de la ruta por Varsovia ha tenido lugar en un bar de leche comiendo sopa de tomate.
Varsovia me ha generado sensaciones muy opuestas. Por un lado es una ciudad muy grande en la que todo es grande también, hay muchos ruido, mucha gente, todo está lejos para ir andando, hay mucho tráfico, me costaba no perderme. Por otro lado está llena de rincones bonitos, llena de arte y estilo, llena de historia. Creo que es una ciudad que hay que aprender a mirar, pero que una vez aprendes te atrapa.
En mi primer coche compartido los dos chicos tuvieron un debate porque uno se considera un "chico de Cracovia" y otro un "chico de Varsovia", son ciudades diferentes pero ambas te enmora.
En mi primer coche compartido los dos chicos tuvieron un debate porque uno se considera un "chico de Cracovia" y otro un "chico de Varsovia", son ciudades diferentes pero ambas te enmora.
Finalmente hemos cogido un tren a Kielce y que odisea. Hemos comprado el billete en una máquina en la que ponía que si eras estudiante te descontaban el 50% y, como ambas lo somos, eso hemos hecho. El billete se imprime en polaco, como imagináis no entendíamos nada.
Cuando ha llegado el tren nos hemos subido y sentado donde primero hemos visto ya que no hemos encontrado ningún tipo de indicación y al rato ha llegado un revisor que ¡horror! ¡sólo hablaba polaco! Nos ha echado del vagón porque resulta que estábamos sentadas en primera clase y luego nos ha separado porque resulta que en el billete ponía también el asiento y encima eran diferentes, en los nuevos vagones nadie hablaba inglés así que nadie podía ayudarnos a entender al revisor. Al poco ha llegado otro revisor que de nuevo sólo hablaba polaco y nos ha hecho pagar el 50% descontado porque si tu carne de estudiante no es "polski" no vale para nada de nada. Y ya por fin me han dejado tranquila disfrutando de las vistas del paisaje y de los ojazos del polaco que tenía delante.
Cuando ha llegado el tren nos hemos subido y sentado donde primero hemos visto ya que no hemos encontrado ningún tipo de indicación y al rato ha llegado un revisor que ¡horror! ¡sólo hablaba polaco! Nos ha echado del vagón porque resulta que estábamos sentadas en primera clase y luego nos ha separado porque resulta que en el billete ponía también el asiento y encima eran diferentes, en los nuevos vagones nadie hablaba inglés así que nadie podía ayudarnos a entender al revisor. Al poco ha llegado otro revisor que de nuevo sólo hablaba polaco y nos ha hecho pagar el 50% descontado porque si tu carne de estudiante no es "polski" no vale para nada de nada. Y ya por fin me han dejado tranquila disfrutando de las vistas del paisaje y de los ojazos del polaco que tenía delante.
Os escribo desde Kielce y os dejo un par de fotos.
Estas viviendo una experiencia llena de emociones y aventuras.
ResponderEliminarDisfruta a tope . Te lo mereces!!!