lunes, 8 de septiembre de 2014

Fin.

Creo que el blog y la experiencia merecen un cierre, una conclusión, y ¿qué mejor día que hoy?

Hoy hace justo una semana que volví a Madrid, aun tengo una maleta llena de papeles en polaco en mi cuarto, los recuerdos sin desenvolver y las fotos sin revelar, no vaya a ser que si me pongo a ello me de un ataque de nostalgia.

La sensación general sobre Polonia es que tiene dos caras.
Tiene la cara triste que mira a la guerra, a sus consecuencias, que aun conserva el modo de vida del miedo y la inseguridad. ¿En qué se nota? En que muchos de ellos viven al día, no concretan horarios, compran más de lo que deben... según me dijeron por ese miedo a que mañana no quede, a que mañana no estén, ese miedo que inconscientemente permanece en algún rincón de sus cabezas. En las calles hay mil monumentos dedicados a la memoria de los caídos, al recuerdo, a la enseñanza... La marca de la guerra fue muy fuerte y para bien o para mal durará.
La otra cara es la del desarrollo, un país con muchas posibilidades, gente brillante, ingeniosa, que te ayuda con una sonrisa en la cara y poniendo todo de su parte. Un país que esta cogiendo fama por algo más que la guerra y las penurias. Es cierto que el transporte no es de una calidad maravillosa, pero es barato y es sencillo recorrerte el país. La comida es barata y si te gustan los lácteos disfrutaras como un enano, por no hablar de los dulces ¡son unos maestros de las tartas y los pasteles!
Es un país a descubrir, con muchos rincones llenos de encanto, playa, bosques y ciudades preciosas.

En cuanto a la experiencia como au pair... es difícil resumirla o describirla. Ha habido días de todo tipo, los cuales variaban mucho según el estado de ánimo de los niños. Podría decirse que estos dos meses he vivido por y para esos dos niños pequeños que han sido la fuente de mis alegrías y mis penas.
No hay palabras para describir la sensación que da el primer abrazo del peque, las primeras palabras pronunciadas en perfecto español, la alegría de la niña al ir a recogerla al colegio. Pero tampoco hay que olvidar los momentos en los que los tirarías por la ventana sin ningún miramiento cuando te pegaban un mordisco (y se quedaba la marca roja durante días), lloraban durante horas (provocando un dolor de cabeza bastante importante) o se negaban a comer si no venía mamá. En general el balance es positivo, creo que mi misión (enseñar español) la he cumplido, en especial teniendo en cuenta que los últimos días la niña parecía google translator "español-polaco, polaco-español". 

Mi sensación personal es satisfactoria, repetiría como au pair. Hay que llevar grandes dosis de paciencia en la maleta, un estómago con ganas de probar y aceptar comida nueva, un cuerpo que se habitúe a nuevos horarios, y una mente dispuesta a experimentar y conocer.

No echaré de menos la furgoneta de la muerte ni la manera de conducir de los polacos, tampoco echaré de menos la enorme cantidad de lluvia y la humedad, que anochezca tan pronto y que haga frío hasta en verano. Pero sí echaré de menos tener el río bajo la ventana de casa, las vistas preciosas desde cualquier lugar, el queso ahumado, la posibilidad de encender la chimenea en verano y comer helado por menos de 50 céntimos.

Si he tenido algún lector o lectora os animo a que probeis pues es una experiencia que realmente merece la pena, espero que os haya gustado acompañarme en mi aventura :) ¡Hasta mi próxima aventura!

lunes, 25 de agosto de 2014

¡Menos de una semana!

En menos de una semana ya estaré en mi casa comiendo croquetas (ay las croquetas, fuente de felicidad) así que estos días los estamos exprimiendo al máximo.

Cracovia
Como no terminamos de ver la ciudad volvimos hace unos días, solo a pasar la mañana. Recorrimos parte del antiguo guetto judío en dirección a la fábrica de Schindler, allí visitamos su museo.
Este museo es enorme no trata solo de Schindler sino que abarca toda la ocupación nazi en Cracovia. Es uno de los mejores museos que he visitado, en el sentido de organización, información, recorrido... te hace sentir que estas viviéndolo y por este mismo motivo es bastante duro.

Wieliczka-Minas de sal
La tarde después de Cracovia fuimos a Wieliczka a visitar las minas de sal. Es como una ciudad bajo tierra, yo solo baje 130 metros pero las minas tienen muchos más niveles. Nos contaron todo el proceso de extracción de sal y recorrimos muchas salas. En las minas puedes encontrar un hotel, un restaurante, una sala de fiestas, una de conciertos, un pasaje en barca, zonas de tratamientos de salud, pozos de extracción... ¡hay cosas para todos los públicos!

Alrededores de Rabka Zdroj
Además de eso hemos visitado varios antiguos cementerios judíos con unos guías muy especiales. El hombre que os conté (hace ya muchas entradas de blog) que tenía una gran historia ha venido aquí a dar unas charlas. Todo tiene un tinte muy religioso pero el fondo merece la pena y es un hombre muy peculiar.
Estos cementerios están todos en ruinas, nadie se preocupa de preservarlos, es un tema delicado pues la guerra aun está demasiado presente y no se puede abordar de cualquier manera.

También fuimos a Chabowka (pegadito a Rabka) a una feria de trenes. ¡Por fin algo no goralski!

Au Pair
Y la vida de au pair va llegando a su fin, esta es la semana de las últimas compras, de ir mentalizando a los peques de que nos vamos. Ahora que habíamos conseguido ir por la calle y empezar a ver a gente que podemos saludar porque la conocemos nos vamos :(

lunes, 18 de agosto de 2014

Viajando con la familia

Jueves-Vida en Rabka
Empezamos la mañana con tareas propias de una au-pair como echar una mano recogiendo la cocina y visitar otros peques amigos de los míos.
Por la tarde fuimos a un concierto con los peques. El concierto consistía en la actuación de un coro con coreografía formado por 50 niños y niñas de ¡nada más y nada menos que Hong Kong! Por suerte para mi cantaban en inglés, pude entender todo y disfrutar mucho porque lo hacían genial. Por desgracia para mi empezó a llover y a hacer frío y yo me había dejado mi querido abrigo en casa porque por la mañana hacia calor.
Después de tener todo listo para irnos de viaje, resulta que se hace tarde así que salimos a la mañana siguiente.

Viernes-Rumbo a las Tatra
Por la mañana partimos hacia la casita en las montañas Tatra de la familia. Conducimos por carreteras secundarias para esquivar los enormes atascos de las carreteras principales, este viernes es festivo y todo el mundo se va de puente.
Hacemos parada en un pueblito donde pude visitar un antiguo edificio construido según la cultura goralski y en el que se estaba celebrando un festival (empiezo a pensar que "lo goralski" nos persigue, ¡todo es goralski en este lugar!).
Después de otra paradita a comprar el mejor queso de la zona para zamparnoslo, llegamos a la casita justo cuando empieza a caer el chaparrón, ¡menos mal!
Resulta que la casita tiene 100 años (una parte es aun mas vieja y tiene 200), es toda de madera pues es una casa tradicional. No hay agua caliente y la puerta del baño es una cortina de ducha. La cocina es un horno antiguo de los de leña, nada de vitros ni comodidades, eso sí, no sabéis el placer que da sentarse al lado de esos fogones, oír la leña crepitar, sentir el calorcito... y más aun hacer todo eso mientras te comes una tostada con queso fundido en ese fuego ¡qué gran placer!
Por la noche sacaron vinito y unos chupitos hechos por el padre, fuertes es poco para describirlos (eran de pera y miel y hay que reconocer que el toque de miel se notaba).

Sábado-Eslovaquia
Cruzamos la frontera para admirar las montañas, las vistas son increíbles, íbamos haciendo muchas paradas para poder admirar el paisaje.
¡Vuelta al euro! Los precios suben pero poco, los menús cuestan unos 5 euros. Aquí comemos langos, esto es típico de Hungría, y consiste en una especie de masa de pizza frita a la que le echan una salsa, y dicen que la mejor es la de ajo.
No hay mucho que contar, un paisaje maravilloso no se puede describir con palabras y las fotos no muestran ni una milésima parte de la belleza del lugar. Las montañas se funden con las nubes, lagos, bosques, verde y mas verde.
El frío por supuesto que no falte y más en altitud, 11 grados marcaba el termómetro cuando nos fuimos rumbo a nuestra casita.

Domingo-Brzegi
Ese es el nombre del pueblo donde está la casita.
Por la mañana recibimos la visita de dos personas que hacen películas y que están interesadas en grabar en la casita por su antigüedad.
Después dimos una vuelta por el pueblito y admiramos de nuevo las vistas. En un momento nos perdimos y tuvimos la suerte de dar con un obrero que hablaba inglés, el pobre pensó que le engañábamos cuando le dijimos que somos españolas, según no el no tenemos para nada cara de españolas, de hecho ¡parecemos de Eslovaquia!
Y después de dedicar el resto del día a comer pegaditos al fuego, y a recolectar frutos y otras cosas de la naturaleza volvemos a Rabka.

Con estos cielos tan limpios, en dos vistazos rápidos que he echado al cielo este finde he podido ver tres estrellas fugaces :)

miércoles, 13 de agosto de 2014

Llenando mi barriga

Comer es un placer
La familia que me ha acogido tiene amigos y familiares en muchas partes del mundo y gracias a eso últimamente estoy comiendo cosas típicas de otros países:
Bulgaria
En mi casa vive la mujer del que fue el fundador del museo. Esta señora, muy simpática y amable, es de Bulgaria, ha vuelto de sus vacaciones allí y nos ha traído unos dulces que son como las delicias turcas y además halva de sésamo. Para los que no sepan que son las delicias turcas son una especie de gominolas en forma de cubo que suelen ir cubiertas de azúcar glass y que pueden tener dentro frutos secos.
Italia
La hermana de la madre de los peques vive en Italia, y como están visitando a la familia en Polonia han pasado por aquí y nos han traído un paquete de spaghetti, unas cuantas botellitas de vino lambrusco y un buen trozo de queso parmesano. Anoche gracias a eso tuvimos una cena con productos traídos desde Italia, rica rica, ¡por un momento se me olvidó que estaba en Polonia y me sentí en la misma Roma!
Otros
Como llenar la barriga siempre es motivo de alegría, cuando nos aburrimos nos da por cocinar. Nos estamos haciendo expertas en bizcochos, el último fue de pera y ciruela. También hemos comenzado a dominar el arte de hacer un buen plato de picoteo entre horas con cuatro cosillas de la nevera. No se hasta que punto se dan cuenta de nuestro saqueo a la nevera, de momento no nos dicen nada y suele ser realmente necesario para sobrevivir desde el desayuno a la cena... y es que aquí lo normal es hacer solo dos comidas (desayuno y cena), ¡la del medio se la saltan!

Maciejowa
Además de comer y cuidar niños hacemos otras cosas. La última destacable fue una ruta por la montaña. En invierno tiene una pista de esquí pero ahora en verano está llena de rutas y hay muy buenas vistas, en especial al final, tomándose algo en la casita que hay en la cima.
Esta montaña no tiene mucho desnivel pero el poquito que tiene lo tienes que subir de golpe en dos o tres tramos. Como aquí esta lloviendo día sí día también, el camino tenía zonas llenas de barro, pero ya somos unas expertas pisando piedras y seleccionando el barro menos blando o menos pringoso.

Y este fin de semana me voy a las montañas Tatra a una casita que tiene allí la familia, ¡dicen que las vistas son estupendas!

jueves, 7 de agosto de 2014

Visitando los alrededores

Camino educativo

Visitamos un trocito del camino educativo que hay en Rabka. Es una senda que va por lo que a mi me pareció un bosque. Se pueden ver setas (en las fotos aparece la que ellos llaman "barba de cabra"), comer frambuesas silvestres (muy muy dulces y ricas), y ver distintas criaturillas (yo vi tritones en una charca). Hay trozos por los que pasa el río y es aún más bonito, además en la orilla del río se pueden ver muchas florecillas pequeñas, que si no entendí mal eran nomeolvides.

Zakopane
Una mañana hicimos una visita a la ciudad. Está llena de casas de madera muy bonitas, tiene pinta de ciudad acogedora aunque no nos ofreció mucho para ver, esta enfocada al turismo en las Tatra.
Tiene una calle principal llena de tiendas y restaurantes, enfocada al turismo. En esta calle las farolas son algo que mirar pues tienen una forma curva bastante curiosa. Eso si, las vistas son increíbles, toda la ciudad esta rodeada de grandes montañas donde se enganchan las nubes y no te dejan ver donde terminan.
Aproveché para tomar un plato típico Gołąbki, que consiste en un rollito de col relleno de carne y arroz que se toma con salsa de tomate.

Vida en Rabka
Los niños han empezado el colegio así que ahora tenemos más tiempo (aunque como es verano no van todos los días). Ayer hicimos trufas con ellos pero hoy han ido al colé así que hemos tenido la mañana libre.

Hemos salido con una mujer inglesa que trabaja aquí como profesora. Nos ha enseñado lo que antiguamente fue el barrio judío de Rabka, hoy en día no queda nada, todo fue destruido en la guerra por los nazis. 
Nos ha presentado a un amigo suyo que vive en la casa del antiguo rabino. Este hombre tiene mucho que contar pues en su tiempo libre se dedica a estudiar historia, en especial la historia de los judíos de Rabka. Nos han demostrado que el mundo es un pañuelo, pues se conocieron gracias a un cura que era hijo de los nazis que dirigían las SS en Rabka, este cura se marchó porque no compartía en absoluto las ideas de su familia, y después de vivir en Inglaterra volvió una temporada a Rabka buscando hacer el bien en compensación por su familia que había hecho tanto mal.

Me sorprendo cada día entendiendo alguna palabra más de la esperada en polaco y escuchando a los niños diciendo frases perfectas como "ese es el caracol más pequeñito". 
Hoy hemos comido en un restaurante de Rabka, menú baratito, el cual incluía la clásica sopa de pepino, otro plato típico de aquí. 

domingo, 3 de agosto de 2014

¡¡Un mes ya!!

Ya llevo aquí un mes y ya estoy habituada al ritmo de vida. Los días se desarrollan más o menos así:
A las 8 suena la alarma pero hasta las 8 30 remoloneo en la cama. Salgo de la cama, cojo la ropa y a la ducha (si nadie me ha robado el agua caliente del termo la ducha será algo más larga).
Después a desayunar y a intentar hacer que los peques desayunen con la menor cantidad de llantos posibles. Un ratito de juego (porque los intentos de ordenar suelen acabar en fracaso) y rumbo al parque.
Nos zampamos un helado, un poquito más de parque y vuelta a casa.
Los peques suelen jugar por su cuenta y nosotras dedicarnos a nuestras cosas hasta las 5, 5 30, 6, 6 30, 7... que deciden que es hora de comer (bueno cenar...no lo tengo claro). Cuando terminamos nos vamos (ya sin peques) a dar nuestro paseo y a comprar la merienda.
Fin del paseo. A casa a ver que encontramos y si no hay nada interesante a descansar zzzzzzz.

Anoche fuimos de bares, miento, lo intentamos porque todos cierran a las 10 o 11 como muy tarde. Nos tomamos una cerveza de miel en un bar muy mono del parque. Tengo que decir que la cerveza aquí está muuuuy buena.

Y hace unos días jugamos con los peques y un pompero grande de cuerda. El más pequeño estuvo más de una hora asesinando burbujas.

Hoy hemos hecho un bizcocho de ciruelas y albaricoques maduritos y plátano deshidratado y ha salido rico rico (modestia aparte).

Y próximamente rumbo a Zakopane y a las montañas Tatra. También hay que visitar los alrededores :)

martes, 29 de julio de 2014

Mochilera nivel avanzado

Gdansk (antes de volver a Rabka)
Decidimos que esa mañana iba a ser de vacaciones ya que no podíamos ir a Hel porque los horarios de trenes ferrys y demás transportes no eran compatibles.
Así que, con esa decisión, nos levantamos tranquilamente para el desayuno (¡en este gran hostal estaba incluido!). Desayunamos como si no hubiera un mañana, era gratis ya sabéis... y además compartimos mesa con un australiano que nos consiguió unas muffins recién hechas (ñam ñam ñam) y con un austriaco. Gracias a ellos ahora mismo podría preparar un tour por australia, tengo toda la información necesaria. 

Hecho esto nos cargamos las mochilas a la espalda y pusimos rumbo a la estación para descubrir que... ¡tatatachaaaan! en nuestro tren nocturno de doce horas y media de duración no había asientos disponibles. No había otra opción para volver a Rabka que montar en ese e ir en el pasillo (sí, las doce horitas y media). Supongo que algunos os preguntareis si es legal ir en los pasillos de los trenes, pues sí, lo es, de hecho desde las estaciones puedes ver a la gente asomando la cabeza como los perrillos por las ventanas.

Sabiendo que ese viaje sería una tortura nos dimos un pequeño homenaje porque mi compi lleva aquí ya un mes y yo estoy a muy pocos días de hacerlo también, así que nos tomamos una pizza y un trocito de tarta y hecho esto fuimos directas al tren.


Doce horas y media en un tren
Os pongo en situación, los trenes son como los de Harry Potter, con sus vagones llenos de compartimentos (en este caso de 8 asientos) y un pasillo en el vagón por el cual se accede a esos compartimentos.
Bien, descubrimos que en el pasillo había una sillita entre ventana y ventana así que nos apoderamos de una para poder turnarnos. Tengo que decir que ir en el pasillo fue casi una ventaja. Los compartimentos eran tan estrechos que a la gente no le cabían las piernas y se chocaban las de unos con las de otros, el espacio por persona era un chiste, era como si hubieran dividido un asiento individual. 
Otra curiosidad de los trenes, esta prohibido consumir alcohol (esto incluye a la cerveza), todo el mundo lo sabe y los revisores te regañan si te ven. Hasta ahí todo normal, pero los polacos entienden las normas a su manera y si no se puede beber cerveza en el tren y necesito un dinerito extra ¿qué puedo hacer? ¡oh sí! ¡vender cerveza en el tren! En varias paradas subían personas con bolsas ofreciendo cerveza compartimento por compartimento, la gente por supuesto la compraba, pero había algunos que iban más allá y traían sus cervezas de casa escondidas en neveritas dentro de mochilas. Cuando pasaba el revisor se la ponían en el bolsillo de atrás del pantalón, sonrisa amplia y todos contentos.

En fin pero superadas esas horas en el tren, con buen humor y sin sufrir demasiado, creo que puedo decir que he ascendido a mochilera nivel avanzado.

Rabka de nuevo
Al llegar a Rabka, yo creo que debido al trote de este finde, me ha entrado la tos de la muerte, así que el padre (no se si preocupado por mi o porque se lo pegue a sus hijos) me esta dando muchos remedios naturales. El primero ha sido una cucharita con aceite, azúcar y una sustancia a base de orégano (tengo que decir que esta muy bueno), al comprobar esta mañana que no ha hecho mucho efecto ha pasado al plan b, spray de lo que creo que es hierbabuena, luego me ha dicho que tengo vía libre para hartarme a ajo, limón o miel. Creo que mañana ya estaré sana o eso espero.

Ayer al volver me fui de paseo con el padre y los niños, creo que ya os lo conté, pero os lo recuerdo, les encanta coger diferentes tipos de hierbas del suelo y comerlas, así que ayer descubrí que los tréboles salvajes se comen y dan sabor ácido. He masticado muchas hierbas pero no consigo recordar los nombres. 

Hoy (martes) por la mañana, hemos ido al río a alimentar a los patos (a este ritmo serán patos con sobrepeso) y a los pececillos (que se lanzan todos a una a por los trozos de pan). Después la peque nos ha llevado por el museo a enseñarnos arañas gigantes (no exagero), escarabajos, y sus favoritos, los caracoles.

Y termino el blog contando que he comido queso ahumado a la plancha con mermelada y que es todo un manjar.