3,2,1 ¡despegamos!

En unas horas ya estaré sentada en mi asiento del avión. La suerte me sonríe, hice selección aleatoria de asiento y ¡me ha tocado ventanilla! (ahora a cruzar los deditos para que no tenga el ala del avión debajo de mi nariz).

Después de largas tardes peleándome con las maletas ya están hechas. Pensé que el problema iba a ser cerrar las maletas pero no, cerrarlas era un chiste. El gran problema ha sido el peso, en esta ocasión me he peleado con la báscula no por mis carnes, sino por la ropa que las cubre. Tengo que reconocer que ha habido momentos de desesperación pero al final he ganado la batalla, he conseguido ir con kilos de sobra para poder traerme muchas cositas de Polonia.

Y ahora, maletas preparadas, papeles listos y despedidas hechas, solo queda mentalizarme de que ya me voy. Espero que las predicciones de algunos de mis amigos (como esta de la foto) no se cumplan, y mi viaje sea corto y tranquilo.

Pues allá voy, la próxima entrada será desde tierras polacas :)

PD. Os aviso de que me llevo el sol conmigo, así que si aquí hay tormentas avisados quedáis. Los mosquistos os los he dejado, que no son buenos compañeros de viaje.