martes, 29 de julio de 2014

Mochilera nivel avanzado

Gdansk (antes de volver a Rabka)
Decidimos que esa mañana iba a ser de vacaciones ya que no podíamos ir a Hel porque los horarios de trenes ferrys y demás transportes no eran compatibles.
Así que, con esa decisión, nos levantamos tranquilamente para el desayuno (¡en este gran hostal estaba incluido!). Desayunamos como si no hubiera un mañana, era gratis ya sabéis... y además compartimos mesa con un australiano que nos consiguió unas muffins recién hechas (ñam ñam ñam) y con un austriaco. Gracias a ellos ahora mismo podría preparar un tour por australia, tengo toda la información necesaria. 

Hecho esto nos cargamos las mochilas a la espalda y pusimos rumbo a la estación para descubrir que... ¡tatatachaaaan! en nuestro tren nocturno de doce horas y media de duración no había asientos disponibles. No había otra opción para volver a Rabka que montar en ese e ir en el pasillo (sí, las doce horitas y media). Supongo que algunos os preguntareis si es legal ir en los pasillos de los trenes, pues sí, lo es, de hecho desde las estaciones puedes ver a la gente asomando la cabeza como los perrillos por las ventanas.

Sabiendo que ese viaje sería una tortura nos dimos un pequeño homenaje porque mi compi lleva aquí ya un mes y yo estoy a muy pocos días de hacerlo también, así que nos tomamos una pizza y un trocito de tarta y hecho esto fuimos directas al tren.


Doce horas y media en un tren
Os pongo en situación, los trenes son como los de Harry Potter, con sus vagones llenos de compartimentos (en este caso de 8 asientos) y un pasillo en el vagón por el cual se accede a esos compartimentos.
Bien, descubrimos que en el pasillo había una sillita entre ventana y ventana así que nos apoderamos de una para poder turnarnos. Tengo que decir que ir en el pasillo fue casi una ventaja. Los compartimentos eran tan estrechos que a la gente no le cabían las piernas y se chocaban las de unos con las de otros, el espacio por persona era un chiste, era como si hubieran dividido un asiento individual. 
Otra curiosidad de los trenes, esta prohibido consumir alcohol (esto incluye a la cerveza), todo el mundo lo sabe y los revisores te regañan si te ven. Hasta ahí todo normal, pero los polacos entienden las normas a su manera y si no se puede beber cerveza en el tren y necesito un dinerito extra ¿qué puedo hacer? ¡oh sí! ¡vender cerveza en el tren! En varias paradas subían personas con bolsas ofreciendo cerveza compartimento por compartimento, la gente por supuesto la compraba, pero había algunos que iban más allá y traían sus cervezas de casa escondidas en neveritas dentro de mochilas. Cuando pasaba el revisor se la ponían en el bolsillo de atrás del pantalón, sonrisa amplia y todos contentos.

En fin pero superadas esas horas en el tren, con buen humor y sin sufrir demasiado, creo que puedo decir que he ascendido a mochilera nivel avanzado.

Rabka de nuevo
Al llegar a Rabka, yo creo que debido al trote de este finde, me ha entrado la tos de la muerte, así que el padre (no se si preocupado por mi o porque se lo pegue a sus hijos) me esta dando muchos remedios naturales. El primero ha sido una cucharita con aceite, azúcar y una sustancia a base de orégano (tengo que decir que esta muy bueno), al comprobar esta mañana que no ha hecho mucho efecto ha pasado al plan b, spray de lo que creo que es hierbabuena, luego me ha dicho que tengo vía libre para hartarme a ajo, limón o miel. Creo que mañana ya estaré sana o eso espero.

Ayer al volver me fui de paseo con el padre y los niños, creo que ya os lo conté, pero os lo recuerdo, les encanta coger diferentes tipos de hierbas del suelo y comerlas, así que ayer descubrí que los tréboles salvajes se comen y dan sabor ácido. He masticado muchas hierbas pero no consigo recordar los nombres. 

Hoy (martes) por la mañana, hemos ido al río a alimentar a los patos (a este ritmo serán patos con sobrepeso) y a los pececillos (que se lanzan todos a una a por los trozos de pan). Después la peque nos ha llevado por el museo a enseñarnos arañas gigantes (no exagero), escarabajos, y sus favoritos, los caracoles.

Y termino el blog contando que he comido queso ahumado a la plancha con mermelada y que es todo un manjar.


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