lunes, 8 de septiembre de 2014

Fin.

Creo que el blog y la experiencia merecen un cierre, una conclusión, y ¿qué mejor día que hoy?

Hoy hace justo una semana que volví a Madrid, aun tengo una maleta llena de papeles en polaco en mi cuarto, los recuerdos sin desenvolver y las fotos sin revelar, no vaya a ser que si me pongo a ello me de un ataque de nostalgia.

La sensación general sobre Polonia es que tiene dos caras.
Tiene la cara triste que mira a la guerra, a sus consecuencias, que aun conserva el modo de vida del miedo y la inseguridad. ¿En qué se nota? En que muchos de ellos viven al día, no concretan horarios, compran más de lo que deben... según me dijeron por ese miedo a que mañana no quede, a que mañana no estén, ese miedo que inconscientemente permanece en algún rincón de sus cabezas. En las calles hay mil monumentos dedicados a la memoria de los caídos, al recuerdo, a la enseñanza... La marca de la guerra fue muy fuerte y para bien o para mal durará.
La otra cara es la del desarrollo, un país con muchas posibilidades, gente brillante, ingeniosa, que te ayuda con una sonrisa en la cara y poniendo todo de su parte. Un país que esta cogiendo fama por algo más que la guerra y las penurias. Es cierto que el transporte no es de una calidad maravillosa, pero es barato y es sencillo recorrerte el país. La comida es barata y si te gustan los lácteos disfrutaras como un enano, por no hablar de los dulces ¡son unos maestros de las tartas y los pasteles!
Es un país a descubrir, con muchos rincones llenos de encanto, playa, bosques y ciudades preciosas.

En cuanto a la experiencia como au pair... es difícil resumirla o describirla. Ha habido días de todo tipo, los cuales variaban mucho según el estado de ánimo de los niños. Podría decirse que estos dos meses he vivido por y para esos dos niños pequeños que han sido la fuente de mis alegrías y mis penas.
No hay palabras para describir la sensación que da el primer abrazo del peque, las primeras palabras pronunciadas en perfecto español, la alegría de la niña al ir a recogerla al colegio. Pero tampoco hay que olvidar los momentos en los que los tirarías por la ventana sin ningún miramiento cuando te pegaban un mordisco (y se quedaba la marca roja durante días), lloraban durante horas (provocando un dolor de cabeza bastante importante) o se negaban a comer si no venía mamá. En general el balance es positivo, creo que mi misión (enseñar español) la he cumplido, en especial teniendo en cuenta que los últimos días la niña parecía google translator "español-polaco, polaco-español". 

Mi sensación personal es satisfactoria, repetiría como au pair. Hay que llevar grandes dosis de paciencia en la maleta, un estómago con ganas de probar y aceptar comida nueva, un cuerpo que se habitúe a nuevos horarios, y una mente dispuesta a experimentar y conocer.

No echaré de menos la furgoneta de la muerte ni la manera de conducir de los polacos, tampoco echaré de menos la enorme cantidad de lluvia y la humedad, que anochezca tan pronto y que haga frío hasta en verano. Pero sí echaré de menos tener el río bajo la ventana de casa, las vistas preciosas desde cualquier lugar, el queso ahumado, la posibilidad de encender la chimenea en verano y comer helado por menos de 50 céntimos.

Si he tenido algún lector o lectora os animo a que probeis pues es una experiencia que realmente merece la pena, espero que os haya gustado acompañarme en mi aventura :) ¡Hasta mi próxima aventura!

lunes, 25 de agosto de 2014

¡Menos de una semana!

En menos de una semana ya estaré en mi casa comiendo croquetas (ay las croquetas, fuente de felicidad) así que estos días los estamos exprimiendo al máximo.

Cracovia
Como no terminamos de ver la ciudad volvimos hace unos días, solo a pasar la mañana. Recorrimos parte del antiguo guetto judío en dirección a la fábrica de Schindler, allí visitamos su museo.
Este museo es enorme no trata solo de Schindler sino que abarca toda la ocupación nazi en Cracovia. Es uno de los mejores museos que he visitado, en el sentido de organización, información, recorrido... te hace sentir que estas viviéndolo y por este mismo motivo es bastante duro.

Wieliczka-Minas de sal
La tarde después de Cracovia fuimos a Wieliczka a visitar las minas de sal. Es como una ciudad bajo tierra, yo solo baje 130 metros pero las minas tienen muchos más niveles. Nos contaron todo el proceso de extracción de sal y recorrimos muchas salas. En las minas puedes encontrar un hotel, un restaurante, una sala de fiestas, una de conciertos, un pasaje en barca, zonas de tratamientos de salud, pozos de extracción... ¡hay cosas para todos los públicos!

Alrededores de Rabka Zdroj
Además de eso hemos visitado varios antiguos cementerios judíos con unos guías muy especiales. El hombre que os conté (hace ya muchas entradas de blog) que tenía una gran historia ha venido aquí a dar unas charlas. Todo tiene un tinte muy religioso pero el fondo merece la pena y es un hombre muy peculiar.
Estos cementerios están todos en ruinas, nadie se preocupa de preservarlos, es un tema delicado pues la guerra aun está demasiado presente y no se puede abordar de cualquier manera.

También fuimos a Chabowka (pegadito a Rabka) a una feria de trenes. ¡Por fin algo no goralski!

Au Pair
Y la vida de au pair va llegando a su fin, esta es la semana de las últimas compras, de ir mentalizando a los peques de que nos vamos. Ahora que habíamos conseguido ir por la calle y empezar a ver a gente que podemos saludar porque la conocemos nos vamos :(

lunes, 18 de agosto de 2014

Viajando con la familia

Jueves-Vida en Rabka
Empezamos la mañana con tareas propias de una au-pair como echar una mano recogiendo la cocina y visitar otros peques amigos de los míos.
Por la tarde fuimos a un concierto con los peques. El concierto consistía en la actuación de un coro con coreografía formado por 50 niños y niñas de ¡nada más y nada menos que Hong Kong! Por suerte para mi cantaban en inglés, pude entender todo y disfrutar mucho porque lo hacían genial. Por desgracia para mi empezó a llover y a hacer frío y yo me había dejado mi querido abrigo en casa porque por la mañana hacia calor.
Después de tener todo listo para irnos de viaje, resulta que se hace tarde así que salimos a la mañana siguiente.

Viernes-Rumbo a las Tatra
Por la mañana partimos hacia la casita en las montañas Tatra de la familia. Conducimos por carreteras secundarias para esquivar los enormes atascos de las carreteras principales, este viernes es festivo y todo el mundo se va de puente.
Hacemos parada en un pueblito donde pude visitar un antiguo edificio construido según la cultura goralski y en el que se estaba celebrando un festival (empiezo a pensar que "lo goralski" nos persigue, ¡todo es goralski en este lugar!).
Después de otra paradita a comprar el mejor queso de la zona para zamparnoslo, llegamos a la casita justo cuando empieza a caer el chaparrón, ¡menos mal!
Resulta que la casita tiene 100 años (una parte es aun mas vieja y tiene 200), es toda de madera pues es una casa tradicional. No hay agua caliente y la puerta del baño es una cortina de ducha. La cocina es un horno antiguo de los de leña, nada de vitros ni comodidades, eso sí, no sabéis el placer que da sentarse al lado de esos fogones, oír la leña crepitar, sentir el calorcito... y más aun hacer todo eso mientras te comes una tostada con queso fundido en ese fuego ¡qué gran placer!
Por la noche sacaron vinito y unos chupitos hechos por el padre, fuertes es poco para describirlos (eran de pera y miel y hay que reconocer que el toque de miel se notaba).

Sábado-Eslovaquia
Cruzamos la frontera para admirar las montañas, las vistas son increíbles, íbamos haciendo muchas paradas para poder admirar el paisaje.
¡Vuelta al euro! Los precios suben pero poco, los menús cuestan unos 5 euros. Aquí comemos langos, esto es típico de Hungría, y consiste en una especie de masa de pizza frita a la que le echan una salsa, y dicen que la mejor es la de ajo.
No hay mucho que contar, un paisaje maravilloso no se puede describir con palabras y las fotos no muestran ni una milésima parte de la belleza del lugar. Las montañas se funden con las nubes, lagos, bosques, verde y mas verde.
El frío por supuesto que no falte y más en altitud, 11 grados marcaba el termómetro cuando nos fuimos rumbo a nuestra casita.

Domingo-Brzegi
Ese es el nombre del pueblo donde está la casita.
Por la mañana recibimos la visita de dos personas que hacen películas y que están interesadas en grabar en la casita por su antigüedad.
Después dimos una vuelta por el pueblito y admiramos de nuevo las vistas. En un momento nos perdimos y tuvimos la suerte de dar con un obrero que hablaba inglés, el pobre pensó que le engañábamos cuando le dijimos que somos españolas, según no el no tenemos para nada cara de españolas, de hecho ¡parecemos de Eslovaquia!
Y después de dedicar el resto del día a comer pegaditos al fuego, y a recolectar frutos y otras cosas de la naturaleza volvemos a Rabka.

Con estos cielos tan limpios, en dos vistazos rápidos que he echado al cielo este finde he podido ver tres estrellas fugaces :)

miércoles, 13 de agosto de 2014

Llenando mi barriga

Comer es un placer
La familia que me ha acogido tiene amigos y familiares en muchas partes del mundo y gracias a eso últimamente estoy comiendo cosas típicas de otros países:
Bulgaria
En mi casa vive la mujer del que fue el fundador del museo. Esta señora, muy simpática y amable, es de Bulgaria, ha vuelto de sus vacaciones allí y nos ha traído unos dulces que son como las delicias turcas y además halva de sésamo. Para los que no sepan que son las delicias turcas son una especie de gominolas en forma de cubo que suelen ir cubiertas de azúcar glass y que pueden tener dentro frutos secos.
Italia
La hermana de la madre de los peques vive en Italia, y como están visitando a la familia en Polonia han pasado por aquí y nos han traído un paquete de spaghetti, unas cuantas botellitas de vino lambrusco y un buen trozo de queso parmesano. Anoche gracias a eso tuvimos una cena con productos traídos desde Italia, rica rica, ¡por un momento se me olvidó que estaba en Polonia y me sentí en la misma Roma!
Otros
Como llenar la barriga siempre es motivo de alegría, cuando nos aburrimos nos da por cocinar. Nos estamos haciendo expertas en bizcochos, el último fue de pera y ciruela. También hemos comenzado a dominar el arte de hacer un buen plato de picoteo entre horas con cuatro cosillas de la nevera. No se hasta que punto se dan cuenta de nuestro saqueo a la nevera, de momento no nos dicen nada y suele ser realmente necesario para sobrevivir desde el desayuno a la cena... y es que aquí lo normal es hacer solo dos comidas (desayuno y cena), ¡la del medio se la saltan!

Maciejowa
Además de comer y cuidar niños hacemos otras cosas. La última destacable fue una ruta por la montaña. En invierno tiene una pista de esquí pero ahora en verano está llena de rutas y hay muy buenas vistas, en especial al final, tomándose algo en la casita que hay en la cima.
Esta montaña no tiene mucho desnivel pero el poquito que tiene lo tienes que subir de golpe en dos o tres tramos. Como aquí esta lloviendo día sí día también, el camino tenía zonas llenas de barro, pero ya somos unas expertas pisando piedras y seleccionando el barro menos blando o menos pringoso.

Y este fin de semana me voy a las montañas Tatra a una casita que tiene allí la familia, ¡dicen que las vistas son estupendas!

jueves, 7 de agosto de 2014

Visitando los alrededores

Camino educativo

Visitamos un trocito del camino educativo que hay en Rabka. Es una senda que va por lo que a mi me pareció un bosque. Se pueden ver setas (en las fotos aparece la que ellos llaman "barba de cabra"), comer frambuesas silvestres (muy muy dulces y ricas), y ver distintas criaturillas (yo vi tritones en una charca). Hay trozos por los que pasa el río y es aún más bonito, además en la orilla del río se pueden ver muchas florecillas pequeñas, que si no entendí mal eran nomeolvides.

Zakopane
Una mañana hicimos una visita a la ciudad. Está llena de casas de madera muy bonitas, tiene pinta de ciudad acogedora aunque no nos ofreció mucho para ver, esta enfocada al turismo en las Tatra.
Tiene una calle principal llena de tiendas y restaurantes, enfocada al turismo. En esta calle las farolas son algo que mirar pues tienen una forma curva bastante curiosa. Eso si, las vistas son increíbles, toda la ciudad esta rodeada de grandes montañas donde se enganchan las nubes y no te dejan ver donde terminan.
Aproveché para tomar un plato típico Gołąbki, que consiste en un rollito de col relleno de carne y arroz que se toma con salsa de tomate.

Vida en Rabka
Los niños han empezado el colegio así que ahora tenemos más tiempo (aunque como es verano no van todos los días). Ayer hicimos trufas con ellos pero hoy han ido al colé así que hemos tenido la mañana libre.

Hemos salido con una mujer inglesa que trabaja aquí como profesora. Nos ha enseñado lo que antiguamente fue el barrio judío de Rabka, hoy en día no queda nada, todo fue destruido en la guerra por los nazis. 
Nos ha presentado a un amigo suyo que vive en la casa del antiguo rabino. Este hombre tiene mucho que contar pues en su tiempo libre se dedica a estudiar historia, en especial la historia de los judíos de Rabka. Nos han demostrado que el mundo es un pañuelo, pues se conocieron gracias a un cura que era hijo de los nazis que dirigían las SS en Rabka, este cura se marchó porque no compartía en absoluto las ideas de su familia, y después de vivir en Inglaterra volvió una temporada a Rabka buscando hacer el bien en compensación por su familia que había hecho tanto mal.

Me sorprendo cada día entendiendo alguna palabra más de la esperada en polaco y escuchando a los niños diciendo frases perfectas como "ese es el caracol más pequeñito". 
Hoy hemos comido en un restaurante de Rabka, menú baratito, el cual incluía la clásica sopa de pepino, otro plato típico de aquí. 

domingo, 3 de agosto de 2014

¡¡Un mes ya!!

Ya llevo aquí un mes y ya estoy habituada al ritmo de vida. Los días se desarrollan más o menos así:
A las 8 suena la alarma pero hasta las 8 30 remoloneo en la cama. Salgo de la cama, cojo la ropa y a la ducha (si nadie me ha robado el agua caliente del termo la ducha será algo más larga).
Después a desayunar y a intentar hacer que los peques desayunen con la menor cantidad de llantos posibles. Un ratito de juego (porque los intentos de ordenar suelen acabar en fracaso) y rumbo al parque.
Nos zampamos un helado, un poquito más de parque y vuelta a casa.
Los peques suelen jugar por su cuenta y nosotras dedicarnos a nuestras cosas hasta las 5, 5 30, 6, 6 30, 7... que deciden que es hora de comer (bueno cenar...no lo tengo claro). Cuando terminamos nos vamos (ya sin peques) a dar nuestro paseo y a comprar la merienda.
Fin del paseo. A casa a ver que encontramos y si no hay nada interesante a descansar zzzzzzz.

Anoche fuimos de bares, miento, lo intentamos porque todos cierran a las 10 o 11 como muy tarde. Nos tomamos una cerveza de miel en un bar muy mono del parque. Tengo que decir que la cerveza aquí está muuuuy buena.

Y hace unos días jugamos con los peques y un pompero grande de cuerda. El más pequeño estuvo más de una hora asesinando burbujas.

Hoy hemos hecho un bizcocho de ciruelas y albaricoques maduritos y plátano deshidratado y ha salido rico rico (modestia aparte).

Y próximamente rumbo a Zakopane y a las montañas Tatra. También hay que visitar los alrededores :)

martes, 29 de julio de 2014

Mochilera nivel avanzado

Gdansk (antes de volver a Rabka)
Decidimos que esa mañana iba a ser de vacaciones ya que no podíamos ir a Hel porque los horarios de trenes ferrys y demás transportes no eran compatibles.
Así que, con esa decisión, nos levantamos tranquilamente para el desayuno (¡en este gran hostal estaba incluido!). Desayunamos como si no hubiera un mañana, era gratis ya sabéis... y además compartimos mesa con un australiano que nos consiguió unas muffins recién hechas (ñam ñam ñam) y con un austriaco. Gracias a ellos ahora mismo podría preparar un tour por australia, tengo toda la información necesaria. 

Hecho esto nos cargamos las mochilas a la espalda y pusimos rumbo a la estación para descubrir que... ¡tatatachaaaan! en nuestro tren nocturno de doce horas y media de duración no había asientos disponibles. No había otra opción para volver a Rabka que montar en ese e ir en el pasillo (sí, las doce horitas y media). Supongo que algunos os preguntareis si es legal ir en los pasillos de los trenes, pues sí, lo es, de hecho desde las estaciones puedes ver a la gente asomando la cabeza como los perrillos por las ventanas.

Sabiendo que ese viaje sería una tortura nos dimos un pequeño homenaje porque mi compi lleva aquí ya un mes y yo estoy a muy pocos días de hacerlo también, así que nos tomamos una pizza y un trocito de tarta y hecho esto fuimos directas al tren.


Doce horas y media en un tren
Os pongo en situación, los trenes son como los de Harry Potter, con sus vagones llenos de compartimentos (en este caso de 8 asientos) y un pasillo en el vagón por el cual se accede a esos compartimentos.
Bien, descubrimos que en el pasillo había una sillita entre ventana y ventana así que nos apoderamos de una para poder turnarnos. Tengo que decir que ir en el pasillo fue casi una ventaja. Los compartimentos eran tan estrechos que a la gente no le cabían las piernas y se chocaban las de unos con las de otros, el espacio por persona era un chiste, era como si hubieran dividido un asiento individual. 
Otra curiosidad de los trenes, esta prohibido consumir alcohol (esto incluye a la cerveza), todo el mundo lo sabe y los revisores te regañan si te ven. Hasta ahí todo normal, pero los polacos entienden las normas a su manera y si no se puede beber cerveza en el tren y necesito un dinerito extra ¿qué puedo hacer? ¡oh sí! ¡vender cerveza en el tren! En varias paradas subían personas con bolsas ofreciendo cerveza compartimento por compartimento, la gente por supuesto la compraba, pero había algunos que iban más allá y traían sus cervezas de casa escondidas en neveritas dentro de mochilas. Cuando pasaba el revisor se la ponían en el bolsillo de atrás del pantalón, sonrisa amplia y todos contentos.

En fin pero superadas esas horas en el tren, con buen humor y sin sufrir demasiado, creo que puedo decir que he ascendido a mochilera nivel avanzado.

Rabka de nuevo
Al llegar a Rabka, yo creo que debido al trote de este finde, me ha entrado la tos de la muerte, así que el padre (no se si preocupado por mi o porque se lo pegue a sus hijos) me esta dando muchos remedios naturales. El primero ha sido una cucharita con aceite, azúcar y una sustancia a base de orégano (tengo que decir que esta muy bueno), al comprobar esta mañana que no ha hecho mucho efecto ha pasado al plan b, spray de lo que creo que es hierbabuena, luego me ha dicho que tengo vía libre para hartarme a ajo, limón o miel. Creo que mañana ya estaré sana o eso espero.

Ayer al volver me fui de paseo con el padre y los niños, creo que ya os lo conté, pero os lo recuerdo, les encanta coger diferentes tipos de hierbas del suelo y comerlas, así que ayer descubrí que los tréboles salvajes se comen y dan sabor ácido. He masticado muchas hierbas pero no consigo recordar los nombres. 

Hoy (martes) por la mañana, hemos ido al río a alimentar a los patos (a este ritmo serán patos con sobrepeso) y a los pececillos (que se lanzan todos a una a por los trozos de pan). Después la peque nos ha llevado por el museo a enseñarnos arañas gigantes (no exagero), escarabajos, y sus favoritos, los caracoles.

Y termino el blog contando que he comido queso ahumado a la plancha con mermelada y que es todo un manjar.


sábado, 26 de julio de 2014

Wrocław y Gdansk

Wroclaw

Antes de nada perdonad si la entrada tiene muchas faltas de ortografia (de hecho no habra ni una tilde), la estoy escribiendo con teclado polaco y no me apano muy bien.

Ayer estuvimos en Wroclaw, una ciudad muy bonita y que ofrecia la posibilidad de jugar a encontrar enanitos. Hay enanitos escondidos por toda la ciudad, nosotras encontramos unos 15.
Por la manana visitamos el Museo Nacional y pude ver arte de muchas epocas diferentes. Tambien recorrimos el casco antiguo y bordeamos el rio. Comimos en un bar de leche dentro del edificio del mercado y pasamos por delante de varias bibliotecas y universidades.
Por la tarde acabamos nuestro paseo visitando el Panorama de Raclawice, esto es una representacion de la batalla enorme y dibujada en un lienzo que junto con elementos 3D te hace sentir que estas dentro. Tiene mucha historia, un dia hare una entrada dedicada a todas las historias que estoy aprendiendo.
La tercera foto es de la estación de tren de Wrocław.




Trenes, ag...

Por la noche la idea era coger un tren nocturno a Gdansk pero vimos que el trayecto acababa en Hel si cambiabamos de tren e intentamos ir alli para poder ver mejores playas. Digo intentamos porque finalmente hemos acabado en Gdansk.
De nuevo odisea en el tren, y esta vez no por culpa nuestra. El tren llego tarde, bueno tecnicamente no llego un tren, llego un vagon y la cabina del maquinista, imaginad la cara de todos los que estabamos alli... Al rato trajeron tres vagones que acoplaron e intentaron que subieramos todos alli, como imaginais no cabiamos. Los revisores estaban saturados y no sabian darnos indicaciones. Finalmente nuestro vagon, el 28, aparecio y pudimos subir, pero hasta mucho rato despues el tren no arranco porque aun habia gente sin vagon en el anden.
Una vez en el tren, incomodo como el solo, queriamos dormir y relajarnos pero no pudimos, tuvimos un paron de una hora y otro de dos horas por lo que deducimos que eran averias. Al final llegamos como con 3 horas de retraso asi que perdimos el tren y nos quedamos en Gdansk.

Gdansk

Pero no importa porque en Gdansk teniamos reservado un albergue muy chulo, desde el que os estoy escribiendo. Por la manana, agotadas, hemos recorrido el casco antiguo sin rumbo fijo. Resulta que hay una feria que se celebra cada ano asi que esto esta lleno de turistas y de puestos. 
Por la tarde hemos ido a una de las playas que hay aqui, concretamente a la de Brzezno. No hacia mucho sol ni mucho calor asi que no me he podido banar pero me he mojado los pies y disfrutado del mar que hacia mucho que no lo veia!

jueves, 24 de julio de 2014

¡Mochilera de nuevo!

Comienzo otro tour por Polonia. Hay lugares, como la estación central de Cracovia, que ya me los se de memoria. En este viaje el espíritu de mochilera aumenta y ahora haremos un par de noches en trenes nocturnos.

Hoy, hace un ratillo, he llegado a Wrocław. No he tenido tiempo de verlo por la hora, mañana dedicaremos el día entero, aún así a la ciudad ya le ha dado tiempo de demostrarme alguna que otra cosa curiosa. He capturado al primer enanito (me han dicho que está llena) y he visto la fachada de más de un edificio increíble.
El albergue de hoy es genial, de temática rústica.

Si todo va bien en unos días os escribiré viendo ¡los mares de Polonia!

lunes, 21 de julio de 2014

Tradición y fiesta

Este fin de semana ha sido un no parar pero me ha dado la oportunidad de ver la cultura tradicional de aquí.

El sábado hubo celebraciones en Rabka. Por la mañana fuimos a una pequeña feria donde había talleres para niños, puestos de artesanía, conciertos y un par de miniactuaciones de teatro con trajes tradicionales. Las actuaciones incluían luchas y estaban muy bien hechas.
Por la tarde fuimos a otra feria no tan para peques. Allí pude ver danzas y cantos tradicionales, las danzas me gustaron especialmente. Además llene mi barriga con otro plato tradicional que consistía en una especie de tortita de patata untada de mantequilla con ajo, esto lo acompañé con una cerveza con frambuesa, mmmmm ¡que rico todo! También me zampé un trozo de pastel de manzana, voy a volver rodando...

El domingo fuimos a una feria enorme llamada "Etnomania". Allí la mayoría de los puestos eran de cosas artesanales y el resto de comida típica, también había conciertos. Allí me zampe otro plato típico, una rebanada de pan untada con una mezcla de bacon, manzana y algo más que no entendí, coronado con un pepinillo. Y de postre helado ecológico (o eso ponía en el puesto: ecolody, lody es helado en polaco) de caramelo y ruibarbo con canela, riquísimo, el mejor hasta ahora.
Después terminamos el finde en Wadowice, ciudad natal del Papa Juan Pablo II, comiendo Kremówka, el postre favorito del Papa y ahora uno de los míos también.

Hoy lunes hemos empezado a preparar el siguiente viaje, dentro de poco ¡mucho más! Y además hemos hecho día español y les hemos cocinado tortilla de patatas y gazpacho, ¡los peques al verlo han pensado que era pizza y salsa!

viernes, 18 de julio de 2014

Be au-pair my friend!

Ser au-pair es como ser una hermana mayor a tiempo parcial. Bueno para ellos soy su tía no su hermana, pero creo que se entiende el concepto. Hay momentos en los que te los comerías a besos, les haces cosquillitas, juegas con ellos, piensas cuaaaanto les echarás de menos... pero hay otros momentos en los que los lanzarías por la ventana, sin miramientos, a ellos y a todos sus juguetes y trastos.

Los peques siembran el caos allá donde van, su cuarto es la zona cero de un gran terremoto. Tengo mi habitación más ordenada que nunca, y esto no es porque el viajar me haya hecho madurar y ser limpia y ordenada de golpe (aunque oye quien sabe...), sino porque todo lo que no este guardado acabará en manos de los peques y por tanto roto o lleno de comida/agua/pintura/secreciones corporales/baba de caracol/etc etc...

Ayer fuimos a Rabkoland con ellos, un parque de atracciones para niños. Es un sitio muy bonito y algo antiguo. Tenía atracciones que parecían algo siniestras por el paso de los años y otras muy agradables. Me sentí como una madre superprotectora, que agobio, que de posibles peligros, y ellos corriendo a todas partes. Menudo trabajo el de las madres.
Hoy hemos hecho un taller en el museo, es para niños pero a nosotras nos da igual y lo hemos hecho también. Era un de taller de collares de bolitas de madera y nos han quedado bonitos bonitos.

Ser au-pair aquí es una maravilla la mayor parte del tiempo. El peque cada vez llama menos a mamá estando con nosotras, y ayer en la cena empezó a decir los colores de mi pijama en español ¡estoy muy orgullosa! 

Como último dato os digo que hoy he comido un pastel típico de aquí hecho con bizcocho y queso dulce, muy bueno. El queso está en todas partes.

miércoles, 16 de julio de 2014

Dos semanas

Dos semanas. 15 días. De los cuales unos 7 he estado viajando. Wow. En estos tiempos que corren soy una gran privilegiada. No os imagináis la suerte que estoy teniendo en este viaje, a veces incluso nos asustamos de que las cosas nos salgan tan bien. Dicen que si eres optimista atraes las cosas buenas, puede que sea eso, el karma, el destino o simple casualidad.

Hoy he vuelto a ver a los peques después de 5 días. Se saben todas las canciones en español, no se les ha olvidado nada, son unos cerebritos.
Hemos estado "pintando" con acuarelas y témpera, esto quiere decir que nada se ha librado del baño de pintura, ni el propio palo del pincel ni los palitos con sal que había en la mesa para picar.
Me encanta como funciona la mente del más peque, es algo así: Mmm tengo las manos manchadas de pintura ¿dónde me limpio? Oh sí ¡en mi propia ropa! Jaja que divertido. Oh vaya ahora estoy sucio, ¿por qué será? Pues lloró, me enfado y llamo a mamá como si se acabara el mundo.
La primera palabra que ha aprendido este niño en castellano es (atentos, no creo que nadie se lo espere) excavadora. No me preguntéis como ni porque pero así es.

Esta semana cocinaré gazpacho, ¡espero estar a la altura!

Vistas desde el puente a 30 segundos de la casa

Vuelta a Rabka

Día 14-Kielce (una vuelta movidita)
Decidimos hacer parada en Kielce para que la vuelta no fuera tan pesada y así poder ver Jaskinia Raj (también conocido como Paradise Cave).

En esta cueva, llena de estalagmitas y estalactitas, no se pueden tomar fotos pero en Internet hay muchas si queréis buscar.
Aquí de nuevo sólo se hablaba polaco y nada de inglés pero nos las apañamos para entender que a las estalagmitas (las que salen del suelo) les ponen nombres en relación a su forma, nombres como: Adán y Eva, medusa, patas de pollo, pareja enamorada o cordero. Dentro de la cueva hay una temperatura de 8 grados.

Después la idea era volver a Rabka pero el bus que pensábamos coger (Kielce-Cracovia) no pasó (que alegría, que alboroto) así que fuimos a la estación de tren con la esperanza de que hubiera alguno y ¡sí! Cogimos un tren que tenía ya sus añitos y que de vez en cuando hacía unos ruidos que parecían los de una gaviota agonizando.

Finalmente llegamos a Cracovia a las 9 pero el último bus que iba a Rabka había salido a las 8 40 así que nos tocó correr por la estación con los mochilones en busca de un bus que pudiera pasar por las cercanías de Rabka. Encontramos uno a punto de salir hacia Zakopane y que nos servía. El padre de la familia (que es un encanto y sabe muchísimos idiomas) nos recogió.

Y así acabó el miniviaje. Polonia es un lugar con mucha magia pero aun me queda mucho por descubrir. Os dejo este vídeo de 5 minutos que no tiene desperdicio: BIPOLAND


     

lunes, 14 de julio de 2014

Mochilera

Día 12 - Białowieza
Por la mañana nos levantamos prontito para ir al bosque. Por supuesto llovía, pero nos vino muy bien para no pasar calor. 

Al bosque no se puede pasar sin guía, y no había guía inglés disponible (ni mucho menos español) así que nos tocó ir con un guía polaco (no me enteré de nada como podéis imaginar y es una pena) aún así pude disfrutar del bosque plenamente. Ya os dije que es un bosque primario y está lleno de sonidos, olores, verde, agua... no se puede describir y las fotos no muestran ni una milésima. Salí taaaaan relajada.

Me dio mucha pena irme de un pueblo tan bonito. Es pequeño pero muy acogedor y con gente muy agradable. Como llovía tanto pude ver también muchas ranitas diminutas saltando por las calles. Aunque al salir del bosque nos sonrío el sol.

Volvimos a coger un coche compartido, esta vez una chica muy maja que nos contó muchas cosas sobre Polonia y resulta que somos muy parecidos en más cosas de las que creemos.
Los coches compartidos son una forma sencilla de acercarnos a la cultura polaca de manera directa y desde diferentes puntos de vista.

Ya en Varsovia, después de coger el metro para volver a casa, y ya algo tarde, sólo teníamos ganas de tirarnos en la cama a descansar.
El metro de Varsovia sólo tiene una línea pero están construyendo la segunda.

Día 13 - Varsovia

Desde bien temprano cargando las pesadas mochilas a la espalda y con una temperatura rondando los 30 grados (la lluvia se quedó en el bosque), hemos empezado el tour por Varsovia.

Hemos visto un parque que es como el Retiro pero en pequeño, tiene una gran estatua en honor a Chopin, un estanque, un palacio sobre el río, patos, cuadros, pavos reales, monumentos y ardillas muy sociables, vamos una maravilla.

Luego hemos visto el casco antiguo (Stare Miasto en polaco) que para los que no lo sepan, no es 100% real. En la guerra lo destruyeron prácticamente entero y los polacos lo reconstruyeron después fielmente en base a fotos y pinturas.
Hacía mucho calor y las mochilas pesaban mucho pero ha merecido la pena.

El final de la ruta por Varsovia ha tenido lugar en un bar de leche comiendo sopa de tomate.

Varsovia me ha generado sensaciones muy opuestas. Por un lado es una ciudad muy grande en la que todo es grande también, hay muchos ruido, mucha gente, todo está lejos para ir andando, hay mucho tráfico, me costaba no perderme. Por otro lado está llena de rincones bonitos, llena de arte y estilo, llena de historia. Creo que es una ciudad que hay que aprender a mirar, pero que una vez aprendes te atrapa.
En mi primer coche compartido los dos chicos tuvieron un debate porque uno se considera un "chico de Cracovia" y otro un "chico de Varsovia", son ciudades diferentes pero ambas te enmora.

Finalmente hemos cogido un tren a Kielce y que odisea. Hemos comprado el billete en una máquina en la que ponía que si eras estudiante te descontaban el 50% y, como ambas lo somos, eso hemos hecho. El billete se imprime en polaco, como imagináis no entendíamos nada.
Cuando ha llegado el tren nos hemos subido y sentado donde primero hemos visto ya que no hemos encontrado ningún tipo de indicación y al rato ha llegado un revisor que ¡horror! ¡sólo hablaba polaco! Nos ha echado del vagón porque resulta que estábamos sentadas en primera clase y luego nos ha separado porque resulta que en el billete ponía también el asiento y encima eran diferentes, en los nuevos vagones nadie hablaba inglés así que nadie podía ayudarnos a entender al revisor. Al poco ha llegado otro revisor que de nuevo sólo hablaba polaco y nos ha hecho pagar el 50% descontado porque si tu carne de estudiante no es "polski" no vale para nada de nada. Y ya por fin me han dejado tranquila disfrutando de las vistas del paisaje y de los ojazos del polaco que tenía delante.

Os escribo desde Kielce y os dejo un par de fotos.

sábado, 12 de julio de 2014

Viajando

Día 10-Varsovia

Hemos salido de Rabka tranquilamente después de preparar y tomar prestada algo de comida. Hemos cogido el bus a Cracovia pero nos hemos confundido y este bus hacía un trayecto más largo (aunque como me he quedado frita ni me he enterado).

Ya en Cracovia habíamos quedado para ir en coche compartido a Varsovia (pues es la mitad de precio que el tren) así que, con nuestro simpático conductor polaco y otro chico inglés, hemos llegado a Varsovia.

Aviso a mis padres, leed este párrafo cuando este de vuelta en Rabka para no preocuparse.
Del viaje en carretera sólo puedo decir que aquí no hay normas y si las hay son para saltarselas:
-Semáforo en rojo para coches, peatones cruzando, los coches pasan igual esquivando a las personas
-La línea continua es de broma, se adelanta igual
-¿Velocidad máxima? De momento 160.
-Hablar por el móvil es lo normal mientras se conduce
A pesar de todo esto di alguna cabezadita en el coche, nuestro conductor iba rápido pero conducía bien.

Llegamos a nuestro pisito prestado en Varsovia algo tarde y algo perdidas. Dimos una vuelta a la manzana, compramos agua (aquí es el gran negocio porque la del grifo no se bebe) y a descansar. Ya veremos Varsovia el domingo.
Bueno llegar al pisito ha sido una mezcla entre un juego de pistas y uno de terror, con algún momento de desesperación incluido. La casa por fuera da miedo, en especial el ascensor, pero por dentro es una de las casas más acogedoras y bonitas que he visto.

Día 11-Białowieza

Quedamos con otro coche compartido para ir a Białowieza, esta vez una pareja. El viaje muy relajante, todo el tiempo entre prados verdes o bosques, un paisaje increíble.

El albergue está genial, es una casita de madera con un jardín lleno de flores. Todo el pueblo en general es precioso. Casas de madera, flores,cigüeñas, figuras de madera y alguna figura sobre bisontes.
Y diréis ¿por qué bisontes? Pues porque en Białowieza hay un bosque que está protegido, por ser un bosque primario y por albergar a estos animalillos, los bisontes europeos.

Después de recorrernos el pueblo entero en dos largos paseos (entre tormenta y tormenta) volvemos a nuestro albergue y a descansar para ver mañana el bosque.
(Las fotos llegarán en próximas entregas pero os dejo una)


viernes, 11 de julio de 2014

Día 9 (horas extra)

En esta casa nunca se cena pero hoy, no tengo muy claro el porqué, se ha hecho una excepción.
Han sacado una selección de sus mejores quesos (son tan buenos que los llevan de regalo a una boda porque los novios los piden), sus mejores copas y una botella de Lambrusco (tienen familia en Italia) y a  zampar.
Ha sido una velada muy interesante y sabrosa que ha terminado con los retoques del viaje y una caza de insectos en la habitación.
Creo que en vez de adelgazar volveré rodando a España.
Pero no todo es color de rosa, ¡mañana en Varsovia nos va a caer el diluvio universal!

jueves, 10 de julio de 2014

Día 9 (y un poquito del 8)

Después de dos días con lluvia y algo aburridos hoy hemos tenido un poco de tregua. El día ha sido en general gris pero no nos hemos mojado. Por la mañana hemos ido al parque con los peques y por la tarde hemos ido a dar una vuelta.

El parque de Rabka, ¡qué parque! Estoy enamorada de ese parque, podría estar horas y horas dando vueltas por él. Ya os dije que tiene una fuente para caminar alrededor y respirar mejor. Además es todo verde y está lleno de flores. Tienen varios monumentos a lo que (por lo poco que entiendo el polaco) me parece que es gente que murió en la guerra y, por supuesto, uno al Papa Juan Pablo II. En Polonia Juan Pablo II está por todas partes, le quieren mucho.
La biblioteca pública está en el parque, parece una casa antigua, intentaré pasar algún día y enseñaros un poquito.
Al final hay una fuente con elefantes, pero en el parque hay muchas más fuentes, una tiene nenúfares y parece un jardincito zen.
En Rabka puedes alquilar unos cochecitos que son como bicis y moverte con ellas por el parque.

Cosas que me parecen curiosas de Rabka:
-Hay farmacias (Apteka) por toooodas partes
-Los tampones con aplicador no existen
-La variedad de chocolates y chucherías de ese tipo que te puedes encontrar en los supermercados es la más amplia que he visto nunca, tienen sabores que nunca imaginé (cacahuetes con wasabi, chocolate de melón con sandía, chocolate con panacota dentro)

Como aquí los horarios de comida son totalmente disparatados y desde las 3, 4, 5 o incluso 6, que comemos no volvemos a ingerir nada hasta las 9 30 aproximadamente del día siguiente, nos hemos habituado a dar una vuelta por Rabka y merendar. La otra tarde comimos Kapusniaczek que es como una napolitana de col, zanahoria y setas y estaba muy muy rica.

Hoy hemos comprado frambuesas y nuestra "cena" es un yogur con ellas. Creo que vamos a acabar con empacho de frambuesas pero están tan ricas que nos arriesgamos.

Y ahora a descansar y a preparar el mochilón que nos espera un viaje de 5 días a través de tren, bus y coche compartido, recorriendo Varsovia, Bialystok, Kielce y algún sitio más.